Actualidad del psicoanálisis
Hoy en día, segunda década del siglo XXI, el binomio psicoanalista psicoanalizado ya está pasado de moda. A partir de Lacan y otros psicoanalistas contemporáneos, se empezó a sustituir el término psicoanalizado por el de psicoanalizante o simplemente, analizante. La sustitución de este participio pasivo, psicoanalizado, por este «presente continuo», analizante, tiene su porqué. El viejo mito de que hacer psicoanálisis, consiste en ir al psicoanalista para que nos analice, ha pasado ya a los anales de la historia. La concepción del psicoanálisis en la actualidad ha tomado la forma de un proceso en el cual psicoanalista y psicoanalizante, se ven los dos implicados. Podría decirse que el proceso de psicoanálisis es una bolsa con dos asas, una de ellas la porta el psicoanalista y la otra el analizante. Para quienes se acercan por primera vez al psicoanálisis, este viejo mito de decir al psicoanalista nada más entrar por la puerta: «vengo a que me analice», sigue funcionando. Se quedan perplejos y extrañados cuando el psicoanalista les dice: «eso ya no funciona así». Hay quienes pueden asumir el cambio y por tanto la responsabilidad que ello comporta y, por decirlo así, están dispuestos a «sujetar la bolsa por una de las asas» y quienes se quedan desilusionados y se van a buscar a otro profesional de la psicoterapia que siga manteniendo el modelo de: «usted hable que yo le diré lo que le pasa, por qué le pasa y la manera de cambiarlo, si es que eso es lo que usted viene a buscar». Claro que los síntomas y los malestares agobian y quienes acuden en busca de ayuda de un «profesional» como muchos de ellos dicen, quieren aliviarse y cuanto antes mejor. El psicoanálisis nunca se jactó de ser un modelo de rapidez, aunque a veces sí de ser eficaz. Pero lo que es seguro es que, después de un proceso en el que muchas cosas han cambiado en la vida de quien se «aventura» a hacer un análisis, el tiempo y el dinero gastados en el trayecto, ya no tienen importancia. Por cierto que el dinero, con ser importante no lo es todo, hay quienes se quejan también de que el psicoanálisis es caro, y en los tiempos que vivimos, el dinero tiene un carácter de «plus valor», más que ser un medio, se está convirtiendo en un fin. Está en nuestra mano seguir considerando el dinero como un medio y no como un fin. Hay hoy en día tantas cosas superfluas y que sin embargo compramos.